¿Frío o calor en las lesiones deportivas? ¡Te lo enseñamos!

¿Frío o calor en las lesiones deportivas? ¡Te lo enseñamos!

¡Bienvenidos los propósitos para 2019!

Entre ellos, esperemos esté el deporte, y ya que estamos, base25 para prevenir los roces!

Aprovechando que seguramente ya dominas el uso de vaselina deportiva en puntos de roce. Esta vez queremos ayudarte en algo muy sencillo. Que desde casa, trates alguna molestia que puedas tener después de las primeras semanas. ¡Aunque seas un atleta con mucha experiencia!

En este post te proponemos unas pautas para que sepas qué le irá mejor a tu cuerpo en cuanto a si aplicarte frío o calor, si hacer o no reposo… A veces no sabemos que es mejor y pensamos que para estas cosas menores, no merece la pena consultar a un especialista.

Lo bueno de esta guía basada en la termoterapia, es que no hace referencia a productos, con lo que será difícil que no te pueda servir. Verás como seguro puedes seguir nuestros consejos en casa.

¿Cuándo aplicamos frío? El caso más típico de aplicación de frío es por una contusión o un golpe. Pero también puede ser causado por el movimiento repetitivo de una articulación. Esto ocurre cuando el tono muscular no es el adecuado o cuando es un movimiento repetitivo para el que nuestro cuerpo no está acostumbrado. El dolor que se siente es parecido al golpe. Y a veces la zona se encuentra caliente, hinchada o con un moratón. Lo llamamos una lesión “por estrés” y hay muchos grados. Puede ir apareciendo con el tiempo y si persiste, tendrás que ir al médico. En todos estos casos lo que seguro que haremos es aplicar frío, ideal 20 minutos seis veces al día durante una semana. Siempre usando algún textil entre la fuente de frío y la piel para evitar quemaduras.

El frío también se aplica cuando hay esguinces. Existen diferentes grados de esguinces y es una lesión que afecta a los ligamentos del tobillo. Sea de grado I, II o III, todos los esguinces van tratados con terapia de frío. Si es de grado II o III irán acompañados de inmovilización y reposo en función del criterio de tu médico.

El frío es el mejor aliado después entrenar para recuperar las articulaciones, ya que es antiinflamatorio y analgésico. Por lo que reducimos el impacto que haya podido tener el entreno en tu cuerpo y aceleramos la recuperación. En este caso, lo aplicamos si nos es posible durante 10 o 20 minutos después de entrenar.

¿Cuándo aplicamos calor? Si estás en reposo, después de no hacer movimientos durante un buen rato y sientes grupos musculares en tensión, seguramente tienes una contractura muscular. La lumbalgia, tortícolis, cervicalgia… son algunos nombres que se le da a las contracturas, en las que se suele necesitar calor.

Cuando hacemos esfuerzos y sentimos que nos duele la zona lumbar horas después de la actividad realizada. Cuando decimos que sentimos las cervicales, o en general en aquellas situaciones en las que detectamos contracturas musculares. En estos casos la aplicación de calor local nos dará alivio y promoveremos la relajación de la musculatura. El calor y el reposo, será la combinación perfecta en caso de lumbalgias, tortícolis o contracturas… ya que son situaciones en las que provocaremos la relajación de la musculatura.

Otra aplicación del calor es cuando queremos seguir haciendo alguna actividad. En deporte esto suele ocurrir cuando nos dan un golpe en la rodilla, cuando queremos arrancar después de reposo con dolor o en el descanso de un partido. Incluso en aquellos días que hace mucho frío y tenemos que entrenar.

¡Os deseamos un 2019 lleno de salud y deporte!

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